El águila pescadora (Pandion haliaetus) es una de las rapaces más ligadas al agua. En la Bahía de Cádiz, su silueta se recorta sobre salinas, marismas y esteros, buscando con precisión milimétrica el momento perfecto para lanzarse al agua. Su técnica de caza, tan certera como espectacular, rompe la superficie con una potencia silenciosa.

Su antifaz oscuro, que enmarca la mirada con nitidez, le ha valido el apodo de “la dama del antifaz”. Más allá del nombre, su figura encarna el equilibrio entre belleza y eficacia, adaptación y misterio.

Durante décadas, esta especie fue rara en muchos puntos de Europa. Hoy, gracias a proyectos de conservación y reintroducción, su presencia vuelve a crecer. En Andalucía, la costa atlántica y el interior albergan ya parejas reproductoras, devolviendo a nuestros cielos el vuelo de esta gran pescadora.

"No heredamos la Tierra de nuestros ancestros, la tomamos prestada de nuestros hijos." — Proverbio nativo americano